Agradecimientos
Doy gracias todas las personas que me han ayudado de una u otra manera a ser hoy quien soy. Entre ellas, me permito nombrar a las más importantes que han sido maestros y maestras.
A mi padre, Gerardo, por su infinita templanza y paciencia y por haberme enseñado la importancia del diálogo y la perseverancia.
A mi madre, María Luisa «Maru», por su sacrificio y devoción y por haberme mostrado que el amor es infinitamente más importante que cualquier otra consideración.
A mis tio José, por lanzarme a la piscina sin saber nadar, y animarme a subir por las piedras y los árboles.
A mi tía Elisa, mi segunda madre, por apoyarme y escuchar siempre desde su infinita curiosidad.
A mi tía Mary Carmen, por entender desde niño que mi naturaleza era la de un ser libre.
A mi tío Manolo, por enseñarme que lo establecido no es siempre lo mejor.
A Juan, por mostrarme otro mundo cuando era muy joven, por enseñarme el mar, el deporte, la conquista y la independencia.
Al Dr. Lucas Jimenez, por guiarme en mis primeros pasos en la espiritualidad y mostrarme un camino amplio como el horizonte.
A Blanca por ser mi compañera y mi amante durante nuestro matrimonio y mi amiga siempre, por abrir mi corazón y ser mi primera maestra en el amor.
A Cristina, por compartir conmigo su más tierna juventud y llevar más alto mi capacidad de amar.
A Rubén García, un ejemplo y un maestro en la vida, que tengo la suerte de llamar mi amigo.
A Natalia, … ahora no se que agradecerla, pero espero descubrirlo algún día.
A Belén, por haber estado en el lugar y momento adecuado y despertar en mi un amor que ha llevado mi vida a otra dimensión.
A todos mis amigos y compañeros, los que están y los que se han ido, los de toda la vida y los más recientes, a los que me han acompañado, aguantado en mis momentos bajos, a los que me han confiado sus problemas, a los que me han pedido ayuda y a los que me la han dado, a los que me han enseñado, a los que se han reído conmigo, a los que me han rescatado del mar o la montaña, a los que han compartido sus aventuras conmigo, con los que he bailado. A todos me gustaría abrazar y volver a reír.
Y a todos los que han con su trabajo me permiten llevar esta vida en la que continuo aprendiendo. Yo sólo no soy nada fuera de la humanidad a la que pertenezco y a la que me debo.
Gracias a la Vida por poner a mi alcance todo lo que necesito para continuar aprendiendo y sirviendo a Ella misma.
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