Mi libertad financiera

Desde que era un adolescente he venido persiguiendo sueños y construyendo proyectos. Siempre he tenido metas y logros por alcanzar, pero hasta cierto momento de mi vida no llegué a darle el valor que merece al tiempo y a la libertad, y dentro de las libertades, a la libertad financiera como una de las fundamentales.

Una noche paseaba con mi gran amigo y maestro Rubén García por las calles de Madrid, dando una vuelta y charlando sobre lo divino y lo humano, como tantas otras veces. En plena Plaza de Callao, bajo el emblemático luminoso que la preside, pare a mi amigo y le pregunté: «¿para ti, que es lo más importante?». Sin vacilar un instante, me respondió: «La Libertad«. La libertad antes que el amor o cualquier otra cualidad. Porque sin libertad el resto no tiene valor, ya que no lo hemos elegido. Un hombre que podía escoger, elegía la libertad, como aquel al que preguntaron: «si fueras sólo a una isla desierta, que llevarías contigo» y respondía «nada, ya lo tengo todo, soy libre«.

Durante varios años coincidí con D. Enrique Loewe al participar ambos en las Jornadas sobre Visual Merchandising que venía organizando el Ayuntamiento de Málaga. Hubo una idea que me llamó mucho la atención, como conclusión a sus muchos años al frente de la prestigiosa marca de lujo a la que su apellido da nombre: «El mayor lujo es el tiempo«, decía Don Enrique.  Esto es, finalmente, poder y riqueza no son nada si se carece de algo aún más fundamental como es el tiempo necesario para poder disfrutar de los logros personales.

Libertad y tiempo o ser libre para emplear mi tiempo en lo que me plazca. Esta es la libertad financiera. Y a partir de ella vamos a ser capaces de construir más si lo deseamos. Primero porque tenemos el tiempo para poder dedicar a nuevas aventuras, y segundo porque contamos con los recursos necesarios para poder financiarlas.

Personalmente, gracias al esfuerzo de algunos años, conseguí acceder a lo que para muchos es una panacea como trabajo: ser profesor de universidad. Podemos decir que es una inversión de tiempo con resultados a largo plazo, algo muy en la línea de la libertad financiera. Una vez tomado posesión de la plaza, gozas de llamada libertad de cátedra y de unas condiciones laborales que permiten de organizar la mayor parte del tiempo como uno decida.

Una vez conseguido este objetivo, me planteé otros proyectos, siempre en línea con mis intereses del momento, ya fuese el deporte, el mundo de Internet o los negocios en red. Nunca tuve exactamente un interes económico, si no la necesidad vital de construir proyectos que funcionasen, de modo que me enfrasqué en proyectos soportados por financiación externa o en labores de consultoría que realizaba de forma casi altruista. Así fui adquiriendo una experiencia importante, pero me resulto difícil darme cuenta de que la medida del éxito es, en muchos casos, la rentabilidad económica.

En cierto momento cayo en mis manos un libro que para mi ha sido la guía fundamental en todo mi proceso hacía la libertad financiera. Fue La jornada laboral de cuatro horas de Timothy Ferriss, Tim para los amigos, quien me abrió hacia otra perspectiva e hizo que comenzasen a encajar todas las piezas de mi vida. Mi inquietud emprendedora encajaba a la perfección con mis aficiones deportivas, artísticas y viajeras, de acuerdo a la forma de vida que Tim planteaba.

A partir de este momento comencé a revisar a que dedicaba mi tiempo, su rentabilidad y frutos, y si realmente me conducía a mis metas. Primero, claro está, tuve que definir claramente esas metas, lo cual tiene una importancia transcendental. De este modo, modifiqué mis actividades y objetivos, dejando de lado ciertos trabajos que venía realizando y potenciando otros que se encontraban en la línea de mis metas.

Dado que la movilidad es una de mis prioridades, experimenté durante dos años y en varios viajes de largo recorrido por Asia, Caribe o las Islas Griegas o de menor duración por diferentes puntos de España, esta nueva metodología de trabajo. Y lo mejor de todo es que el resultado ha sido un éxito. Puedo realizar todas mis tareas desde cualquier lugar del mundo con sólo mi ordenador personal y una conexión a Internet.

Un accidente de moto en febrero de 2011 me puso en el dique seco durante casi seis meses. Gracias al trabajo realizado anteriormente, mis máquinas de producir dinero continuaron trabajado sin mi, aunque ahora no podía disfrutar de esa movilidad que tanto aprecio y mis planes para la primavera y el verano de ese año se quedaron aplazados.

Sin embargo, en esta época un nuevo proyecto tocó a mi puerta. Se trataba de la mayor comunidad de compras del mundo que comenzaba su andadura en nuestro país y buscaba socios de negocio. Lyoness España se presentaba para mi como una idea nueva y muy interesante y un proyecto en el cual involucrarme junto a una red de amigos con las mismas inquietudes. La rentabilidad a medio plazo era muy atractiva, pero a largo plazo presentaba unas posibilidades mayores que con mis proyectos más modestos en funcionamiento. Incluía la idea de movilidad, sin la cual nunca me hubiese involucrado, y la posibilidad de abrir mercados internacionalmente justamente en las zonas que son de mi interés.

Sin embargo, con Lyoness España y más aún con su posibilidad de expansión, la libertad financiera tal como la había concebido hasta la fecha, se queda pequeña. Lyoness me ha abierto hacia otros objetivos que ya hoy considero mi obligación. Para mi, ya no se trata sólo de mi libertad financiera, si no de mucho más. Sin abandonar mi pasiones y disfrutar de todo lo bueno que la vida me ofrece, hay millones de personas que merecen una oportunidad y es mi obligación contribuir con todas mis capacidades a facilitárselas. La Family & Childhood Foundation de Lyoness es un ejemplo y como business partner de Lyoness voy a poner todo mi empeño en conseguirlo.

Todas estas posibilidades está abiertas para cualquiera. Lo difícil se vuelve muy fácil cuando se tienen las ideas claras. Y os digo por experiencia y por lo que veo a diario que las dificultades están sobre todo dentro de nuestra mente. Cuando estas desaparecen realizar nuestros sueños en el mundo real es mucho más sencillo.

Gracias por leer estas líneas!!

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